Las últimas semanas, varios “vecinos” (término inacabado, pero fácil de utilizar), militantes políticos e integrantes de agrupaciones sociales, empezaron a familiarizarse con leyes de urbanización, normas de zonificación, términos como “recurso de amparo”, “medida cautelar” o U.P. El motivo; el atropello de Macri sobre los espacios públicos con la finalidad de instalar comisarías y centros de detención de la policía Metropolitana en lugares destinados para la recreación y el deporte.
Como ya es de público conocimiento, la movilización de los vecinos y el apoyo de algunos legisladores y diputados, permitió que a través de dos recursos de amparo se frenara el proyecto macrista, pero cabe aclarar que las medida dictadas por las respectivas juezas son cautelares, lo que implica seguir luchando.
Planteado el conflicto. No sólo es importante acompañar esta causa sino también entender por que razón la misma se convierte en una obligación de Proyecto Sur. La explicación es sencilla: "Promoción de una democracia participativa orientada a reemplazar la actual democracia delegativa, con mecanismos de control social, iniciativas populares, plebiscitos y revocación de mandatos”. Más de uno se dará cuenta que este fragmento es parte de “Democratizar la democracia” una de las 5 patas que sostienen el proyecto de país que propone nuestro partido. Por lo cual, acompañando esta causa estamos promoviendo una democracia participativa, estamos promoviendo que los vecinos se junten como lo vinieron haciendo, que accionen, como lo vinieron haciendo (los amparos, las movilizaciones y las firmas fueron claro ejemplo de esto) que revaloricen el espacio público y sobre todo que discutan sobre el país que nos interesa, como lo vinieron haciendo. Los vecinos ya hicieron –y perdón por lo reiterativo-, ahora es tiempo de darle profundidad política a estas cuestiones y esa tarea es nuestra, no sólo para darle lugar dentro de la agenda legislativa sino para que el vecino deje de ser ese término vago que engloba la lista de los nadies y se convierta por fin en un actor político fundamental.
La semana pasada gracias a una convocatoria del legislador Adrian Camps, vecinos de las comunas 12 y 15, damnificados directos por el tema de las comisarías pudieron juntarse en la legislatura porteña, encontrarse con los legisladores y llevar su lucha al terreno del legislativo. También, debemos celebrar ese encuentro pues es el paso necesario para empezar a pensar que entendemos por espacio público y que queremos que se haga en él. Definir si nos importa ensanchar las veredas de Palermo e iluminar sus calles para que se vean bien las vidrieras o generar espacios de encuentro, de intercambio y recreación para aquellos que no pueden comprarse las zapatillas de las vidrieras que antes mencionamos.
En todos estos encuentros – barriales y de la legislatura - debemos estar presentes los militantes, legisladores y diputados de Proyecto Sur. Para que, como profesa nuestra causa, podamos “reconstruir el sentido de lo público batallando contra el ideario neoliberal, el individualismo y el “no te metas”.
Como ya es de público conocimiento, la movilización de los vecinos y el apoyo de algunos legisladores y diputados, permitió que a través de dos recursos de amparo se frenara el proyecto macrista, pero cabe aclarar que las medida dictadas por las respectivas juezas son cautelares, lo que implica seguir luchando.
Planteado el conflicto. No sólo es importante acompañar esta causa sino también entender por que razón la misma se convierte en una obligación de Proyecto Sur. La explicación es sencilla: "Promoción de una democracia participativa orientada a reemplazar la actual democracia delegativa, con mecanismos de control social, iniciativas populares, plebiscitos y revocación de mandatos”. Más de uno se dará cuenta que este fragmento es parte de “Democratizar la democracia” una de las 5 patas que sostienen el proyecto de país que propone nuestro partido. Por lo cual, acompañando esta causa estamos promoviendo una democracia participativa, estamos promoviendo que los vecinos se junten como lo vinieron haciendo, que accionen, como lo vinieron haciendo (los amparos, las movilizaciones y las firmas fueron claro ejemplo de esto) que revaloricen el espacio público y sobre todo que discutan sobre el país que nos interesa, como lo vinieron haciendo. Los vecinos ya hicieron –y perdón por lo reiterativo-, ahora es tiempo de darle profundidad política a estas cuestiones y esa tarea es nuestra, no sólo para darle lugar dentro de la agenda legislativa sino para que el vecino deje de ser ese término vago que engloba la lista de los nadies y se convierta por fin en un actor político fundamental.
La semana pasada gracias a una convocatoria del legislador Adrian Camps, vecinos de las comunas 12 y 15, damnificados directos por el tema de las comisarías pudieron juntarse en la legislatura porteña, encontrarse con los legisladores y llevar su lucha al terreno del legislativo. También, debemos celebrar ese encuentro pues es el paso necesario para empezar a pensar que entendemos por espacio público y que queremos que se haga en él. Definir si nos importa ensanchar las veredas de Palermo e iluminar sus calles para que se vean bien las vidrieras o generar espacios de encuentro, de intercambio y recreación para aquellos que no pueden comprarse las zapatillas de las vidrieras que antes mencionamos.
En todos estos encuentros – barriales y de la legislatura - debemos estar presentes los militantes, legisladores y diputados de Proyecto Sur. Para que, como profesa nuestra causa, podamos “reconstruir el sentido de lo público batallando contra el ideario neoliberal, el individualismo y el “no te metas”.
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